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  • Foto del escritorConstructora Ormiga

Recicla y dale a una familia la oportunidad de una casa nueva o crear mobiliario para tu ciudad


Sabías que… ¿cada habitante del planeta produce a diario 50 gramos de bolsas y empaques plásticos, que en una semana pueden llegar a ser 350 gramos de plástico, en un año 17.5 kg de plástico flexible y en 80 años, 1.400 Kg?


Estas cifras, preocupantes para la defensa y protección del medio ambiente, dadas a conocer por John Berrío, director de la Fundación Llena una Botella de Amor, ubicada en Rionegro – Antioquia (Colombia), revelan la necesidad de llevar a cabo acciones encaminadas a la protección y defensa de nuestro entorno.


Pero… a pesar de esta realidad, en Colombia existen personas, empresas y entidades como la Fundación Llena una Botella de Amor, que buscan mitigar el negativo impacto ambiental que vive hoy en día el planeta y por supuesto, el cambio climático.

¿Cómo protegen algunas empresas colombianas el medio ambiente?


La Fundación Llena una Botella de Amor tiene una estrategia por medio de la cual vincula a los estudiantes de colegios del municipio de Rionegro para que guarden en una botella plástica vacía, los empaques o bolsas plásticas que hayan utilizado, para posteriormente convertirlos en soluciones de vida.

Después recolectar el plástico y seleccionarlo para ser reutilizado, la Fundación se lo vende a la empresa Econciencia, que convierte la materia prima en madera plástica, con la cual se construyen casas y parques infantiles. Es decir, se realiza un cierre de ciclo efectivo de los plásticos flexibles.

En esta instancia la Fundación le compra a Ecociencia las casas y parques realizados con la donación de plástico hecha por la Fundación y se la entregan a personas y familias que los necesiten.

Pigo, una empresa también antioqueña, realiza mobiliario urbano con materiales no renovables. Reutiliza el material que se desecha en las ciudades, como cauchos de llantas y equipos electrónicos, para convertirlo en materia prima para la fabricación de mobiliario.

En parques y espacios públicos de ciudades como Medellín, Bogotá, Santa Marta y Montería, Pigo ha realizado mobiliario urbano con materiales no renovables.


Diseclar, ubicada en Cali, es otra de las empresas colombianas dedicadas a transformar plástico reciclado y desechos agro-industriales en mobiliario para exteriores.

A través del plástico reciclado y la fibra vegetal proveniente del bagazo de caña y el cisco de café (cáscara del café que sobra de la producción del grano), produce mobiliario con apariencia de madera, con lo cual previene la tala de un gran número de árboles y reduce la producción de dióxido de carbono como consecuencia del plástico que se encuentra en las calles.


Si en tu casa, conjunto, o en tu barrio reciclan, tienes la oportunidad de darle un aire de esperanza a nuestra tierra, ayudar a mitigar el impacto del cambio climático y brindar a una familia o a tu ciudad, la posibilidad de una vivienda y la generación de espacios bellos propicios para la recreación y el descanso.

No lo dudes ¡Reciclar es un acto de amor con el planeta y la sociedad! ♻️

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