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  • Foto del escritorConstructora Ormiga

Lavanderías compartidas, una nueva tendencia en los Proyectos de Construcción


Las principales ciudades alrededor del mundo se están adaptando a un nuevo concepto de vivienda que desarrolla alternativas de construcción como rascacielos o “Cohousing” (modelo de vivienda comunitaria basada en el concepto de consumo colaborativo[1]), para albergar a más familias. Este tipo de espacios, que se destacan por ser cada vez más reducidos, están ajustados a las necesidades de las nuevas generaciones y a su forma de pensar el mundo.


Factores como la protección del medio ambiente, la economía colaborativa, las tecnologías y la modernidad, se entremezclan dentro de estos nuevos espacios de vivienda, edificados con una idea más diversa de familia.


En el marco de estas nuevas iniciativas, la implementación de las lavanderías compartidas es un punto indispensable en el desarrollo de este tipo de construcciones, al ser un autoservicio en el que no solo se lava o se seca la ropa, sino en donde se tienen una serie de ventajas tanto para las personas, como para las constructoras.


Desde hace algunos años la empresa pionera en el desarrollo de estos espacios en Colombia ha sido Lavanti, una organización dedicada a dar soluciones de lavandería industrial, que con su línea de lavanderías compartidas en edificios. Lavanti ha buscado generar alternativas para que los constructores y las personas tengan una mayor opción de distribución de espacio en sus viviendas.


Es así como más de 40 constructoras en el país han decidido impulsar el desarrollo de este tipo de espacios en regiones como Bolívar, Magdalena, Antioquia, Caldas, Risaralda, Valle del Cauca, Cundinamarca y Boyacá, entre otras. En estos lugares Lavanti tiene más de 600 equipos en operación distribuidos en residencias, colivings y hostales, en donde lava alrededor de 250.000 kilos de ropa al mes.


Esta nueva idea de distribución de espacios en los proyectos de vivienda busca eliminar la inversión y el endeudamiento de las familias al tener que adquirir una lavadora, suplir los gastos de servicios técnicos y repuestos y fomentar el ahorro de agua y energía. Las lavanderías compartidas impactan positivamente en la economía familiar y en la sostenibilidad del medio ambiente, teniendo en cuenta que “de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se prevé que en el 2050, la demanda global de agua potable crezca más de un 40%, y que al menos una cuarta parte de la población del planeta viva en países con escasez crónica de agua potable”[2].


De acuerdo con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), las viviendas que mejor se están comercializando en el país son las de interés social (VIS): durante los dos primeros meses del 2022 se vendieron 29.670 unidades. En su gran mayoría, este tipo de inmuebles tiene un área menor a 70 metros cuadrados, característica que se constituye en una prueba de que los espacios compartidos, como es el caso de las lavanderías, son y serán necesarios en los proyectos de vivienda del país.


¿Qué piensas de este tipo de iniciativas? ¿Te animarías a vivir en un apartamento con lavadoras compartidas?

 











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