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  • Foto del escritorConstructora Ormiga

Fortalecer la conexión con el hogar a través de la Aromaterapia


El hogar es el espacio en donde transcurre gran parte de la vida, el templo en donde se edifica el destino personal y el de la familia, el rincón en donde se genera y se mantiene el bienestar. Para potenciar o hacer presentes todos estos factores, los aromas son fundamentales para hacer que la conexión con el entorno sea armónica y efectiva.


La aromaterapia es un campo muy antiguo de la medicina alternativa que utiliza los aromas como el medio para promover el equilibrio, la relajación y el bienestar.


¿Cómo lograrlo?


A continuación te presentamos algunas formas en las que puedes utilizar la aromaterapia en el hogar para lograr un ambiente equilibrado y positivo.


Antes de comenzar, es importante que apliques una pequeña dosis del aroma que desees emplear para asegurarte de que no produce reacciones desagradables. “Aromas como el de rosas o el ylang-ylang, una flor originaria de Madagascar, tienen un olor penetrante y si se usan en exceso pueden causar náuseas o dolor de cabeza”[1].


Lugares de Casa


La puerta o salón de entrada y la sala son espacios sociales, lugares para la comunicación, el recreo y la expresión. En la puerta o salón de entrada se da la bienvenida y es donde se tiene la primera impresión del hogar. Para estas zonas de la casa son recomendables los aceites esenciales que favorecen la extroversión y la socialización, los que son vitalizantes y con aromas frescos, florales y afrutados. Los más adecuados son: bergamota, limón, naranja, mandarina, coriandro, basílico, rosa, geranio y romero, pino, enebro, ciprés, cedro y mirto.



La cocina y el comedor son los lugares en donde los familiares y amigos tienen tendencia a reunirse. Son espacios creativos en donde nos conectamos con la vitalidad de los alimentos. Para estos espacios los aromas más adecuados son las especias que utilizamos para condimentar las comidas y que estimulan todo el proceso digestivo. Por ejemplo: la canela, el laurel, nuez moscada, pimienta, tomillo, clavo, anís, hinojo, orégano y menta.



El despacho o el estudio son los lugares propicios para la creatividad, la concentración, la disciplina y en donde se desarrolla el éxito profesional. Una atmósfera tranquila que favorezca la concentración ayuda a disfrutar del estudio, la meditación o cualquier actividad creativa que se realice. Los aceites esenciales con aromas orientales y florales son los que más evocan estos ambientes: el sándalo, incienso, mirra, cedro, benjuí, patchouli, laurel, vetiver, cilantro, verbena, romero, palo de rosa, limón y menta.



El dormitorio invita al descanso, la paz, el reposo, el sueño reparador y la sensualidad. Para crear una atmósfera sensual y romántica que favorezca el amor y la relación íntima son recomendables las esencias de jazmín, ylang-ylang, sándalo, rosa, neroli, geranio y patchouli. Si lo que deseas es favorecer el descanso y el sueño los aceites esenciales de mejorana, lavanda, manzanilla romana, valeriana, melisa, neroli palo de rosa y bergamota son los más adecuados.


El baño es el lugar para el cuidado del cuerpo y en donde nos reconocemos con él. Es el espacio en donde nos limpiamos y cuidamos la piel, nos relajamos con un baño y nos revitalizamos con una ducha. Las esencias que cuidan y revitalizan la piel son: lavanda, geranio, rosa, palo de rosa, limón, romero, zanahoria, cedro, ylang-ylang, manzanilla, milenrama, caléndula, hipérico, salvia, enebro y sándalo.


En los armarios guardamos y acumulamos nuestros tesoros: ropa, zapatos, recuerdos y otros objetos. Generalmente permanecen cerrados y poco ventilados, por lo que el aire algunas veces tiende a enrarecerse. Para los roperos se pueden utilizar los aceites esenciales con un aroma que se asocie con los perfumes personales. Los más adecuados son los que tienen un aroma permanente y se utilizan como base de muchos perfumes como el ciprés, cedro, sándalo, mirra, vetiver, lavanda, patchouli, limonaria, limón, geranio, pino, incienso, gálbano, rosa, benjuí y jazmín.


¿Cómo utilizarlos?


Existen formatos típicos como el incienso o la vela que evapora el aceite. No obstante, se han desarrollado más opciones que además de ser muy efectivas, dan un toque decorativo y moderno.


Son preferibles los aromas naturales y no sintéticos, ya que estos últimos son menos efectivos y pueden ser nocivos para la salud.


  • Difusor eléctrico: hay una gran gama de diseños, colores y precios. Algunos funcionan calentando agua y otros con vibraciones ultrasónicas. Generalmente se necesitan mezclar 4 o 5 gotas del aceite y encender el difusor.


  • Spray instantáneo: una manera sencilla y económica de esparcir los aceites esenciales es reutilizar un bote de spray para introducir el aceite esencial elegido con un poco de agua. Solamente debes agitar el bote e impregnar el lugar que quieras.


  • Varitas de rattan o bambú: para estos casos se recomienda evitar las fragancias sintéticas que se venden preparadas (de las cuales no se conocen los ingredientes) y elegir aceites esenciales diluidos en algún aceite vegetal como por ejemplo, el de almendras.

La elección de los aromas o mezclas de ellos es un asunto personal. Lo más importante es que sean agradables para las personas que viven en casa. Preparar las mezclas de esencias y presentarlas a la familia puede ser agradable y divertido, ya que cada integrante puede elegir la que la guste más para su habitación y participar en la selección del aroma para los espacios comunes.



¡Inténtalo! No pierdes nada y por el contrario, puedes afianzar o generar la armonía y el bienestar en tu hogar y en tu vida.


 
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