El gobierno del presidente de Colombia Iván Duque se ha caracterizado por alcanzar máximos históricos en unidades de vivienda comercializadas, llegando a las 256.000 unidades en los últimos doce meses, donde el 70 %, según cifras de Camacol, son viviendas de interés social. No obstante a pesar de estas cifras, el periódico El Espectador en un artículo publicado el 9 de julio de 2022[1] consultó a varios expertos en la materia, quienes indican que el gobierno entrante de Gustavo Petro tiene varios retos en materia de vivienda, ente ellos, hacer ajustes en donde prime la calidad de la vivienda.
Para Diego Alejandro Velandia Rayo, director del Observatorio de Vivienda de la Universidad de los Andes, centrarse solo en las cifras de las unidades vendidas, por más récords que se registren, influye en que detrás del hecho de decir tengo mi casa propia, se acepten falencias en la calidad de esa vivienda, tanto en su interior, alrededores y ubicación con relación a la ciudad.
Velandia resalta también que los Subsidios como los del programa Mi Casa Ya y los que otorgan las cajas de compensación familiar, las bajas tasas de interés hipotecario (que peligran por el ambiente inflacionario) y los esfuerzos del sector constructor en Colombia han sido importantes para satisfacer la demanda de vivienda en el país, aunque con unos peros en la mitad.
¿Cuáles son los cambios que requiere la Política de Vivienda?
El presidente en Colombia de la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI por sus siglas en francés), Andrés Correa, manifestó que lo más urgente es mantener los bajos costos de la construcción y las tasas de interés para créditos hipotecarios, ya que el panorama inflacionario pone en riesgo la meta de que el país atienda su déficit habitacional, que supera los cinco millones de hogares, además de afectar un sector de la economía que genera 1,2 millones de empleos e impulsa a 36 subsectores.
Por su parte, Alejandro Castañeda, gerente de ACCI (empresa especializada en asesoría inmobiliaria), coincide con Correa al resaltar la importancia de mantener estables los precios de insumos como el acero, pues de lo contrario la vivienda de interés social comenzará a acabarse por no representar utilidades.
Diego Alejandro Velandia, Director del Observatorio de Vivienda cree que a mediano plazo la política pública se debe reestructurar y virar hacia la calidad. Asegura que son tres los ámbitos en los que debería manifestarse esta mejora:
1. Individual. Dejar atrás las viviendas a las que las familias tienen que adaptarse, pasando a un modelo en el que las viviendas se adapten a las necesidades de las familias. Eso implica unos retos técnicos y un cambio en cómo se construye. Hay que incluir al usuario desde el diseño inicial del proyecto de construcción.
2. Comunidad. Esto implica espacios donde los habitantes de un sector se encuentren, e incluso, puedan desarrollar actividades productivas sin que haya conflictos con los demás integrantes, ni con el medio ambiente.
3. Ciudad. Proyectos de construcción en donde las familias residan en zonas próximas a servicios y equipamientos altamente demandados, como hospitales, centros de educación, lugares de esparcimiento, comercios y demás sitios de interés. Espacios a los que se pueda ir caminando o en transporte a no más de quince minutos.
Con relación a este ámbito, Camacol le propuso al gobierno de Gustavo Petro trazar una meta de construcción de un millón de metros cuadrados nuevos por año, en equipamientos como colegios, centros infantiles, espacios deportivos y puntos digitales, entre otros.
El cambio en los paradigmas de la política de vivienda implicaría la necesidad de impulsar alternativas como el arriendo, para quienes el comprar casa o apartamento es complejo, o simplemente no es un tema de su interés. Sobre este aspecto Diego Velandia resalta que pueden cobrar protagonismo modelos como el leasing, el coliving y el cohousing, entre otros.
Aunque en Colombia se ha avanzado en materia de vivienda en los últimos años, el reto sigue siendo alto. Desde sectores como Fedelonjas se invita a continuar con los subsidios para la compra y mejora de vivienda, los cuales han dado buenos resultados y favorecen la adquisición de vivienda usada. La agremiación indicó que también se deben propiciar conversaciones con las administraciones locales para que la política de vivienda nacional se engrane con los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) de cada ciudad.
De acuerdo con los expertos consultados por el diario El Espectador, la calidad integral es el gran reto que debe asumir el gobierno entrante con relación a la construcción de viviendas en el país.