La decisión de vivir en casa o apartamento depende la mayoría de las veces de factores como el valor de la vivienda y el espacio. Si bien estos aspectos son importantes para que el cambio de vivienda sea una experiencia positiva, la convivencia con los vecinos es esencial para obtener y mantener una buena calidad de vida.
Vivir en comunidad, sea en conjunto cerrado o urbanización, implica el cumplimiento de ciertas normas y comportamientos que permitan una convivencia sana y armónica. Pero…¿qué debes hacer o tener en cuenta para que la relación e interacción con los vecinos sea cordial?
A continuación te presentamos algunos consejos para que la vida en comunidad sea agradable.
Evita los escándalos o ruidos fuertes, sobre todo en horarios no permitidos -entre las 11:00 pm y 7:00 am-; como también los malos comportamientos en lugares públicos.
En caso de que vayas a organizar una fiesta en tu casa o pienses cerrar la calle, es aconsejable que lo comuniques a tus vecinos con anticipación. De esta manera respetas el espacio de los demás.
Cuida las zonas comunes. Intenta no ensuciar, destruir o deteriorar espacios compartidos como la escalera, la puerta de entrada, el garaje, el patio, la cuadra, entre otros.
No hagas uso indebido de los espacios que no te pertenecen, por el parqueadero.
Evita sacar la basura a cualquier hora. Hazlo en los momentos y en los días indicados.
Cumple con los acuerdos aprobados en la Junta de Propietarios. Es importante que participes en esas reuniones para saber qué sucede en la comunidad. Recuerda que la mayoría de las decisiones establecidas se realizan por votación.
“Respeta la intimidad de tus vecinos y evita crear conflictos de manera intencionada con comentarios fuera de lugar, críticas o chismes”[1].
Si eres de otra región o país y vas a vivir por primera vez en un nuevo entorno, es recomendable que investigues con antelación a tu mudanza sobre la cultura, creencias y costumbres del lugar a donde vas, para evitar roces futuros debido a las formas y estilos de vida diferentes. Para estos casos es recomendable que hagas algunas concesiones; siempre y cuando no afecten tu tranquilidad y calidad de vida, en pro de una buena convivencia.
Fomenta el Diálogo. Algunas veces pueden surgir opiniones contrarias entre vecinos. Intenta solucionar las diferencias hablando. En caso de que tengas algún conflicto con un vecino que repita actitudes poco recomendables y que imposibiliten la convivencia, acude al presidente de la Comunidad.
Mantén al día el pago de tus cuotas, esto te evitará confrontaciones con tus vecinos.
Cumple con la parte que te toca como vecino. Si pediste algo prestado devuélvelo, si rompiste algo reponlo, si tu hijo rompió una ventana págala.
Responde a una petición de ayuda de tus vecinos. Algún día puedes encontrarte en una situación similar.
Si es preciso, fomenta las actividades sociales y comparte con tus vecinos.
Controla a tu mascota. Si tienes perro, edúcalo y dedícale tiempo para que tenga momentos de esparcimiento para evitar que ladre durante la noche o todo el día. Adicionalmente, sácalo a hacer sus necesidades en los parques o zonas públicas y por supuesto, recoge su excremento. Si tienes gato y le permites salir (no es lo más recomendable para la salud y seguridad de tu minino), trata de que haga sus necesidades en el arenero para gatos que tienes ubicado en un lugar específico de tu casa y no afuera, en las zonas comunes o en los jardines y andenes de tus vecinos.
Cumplir con algunas normas básicas y ceder, en algunas ocasiones, sin que implique un detrimento de tu tranquilidad, son aspectos esenciales para que tengas calidad de vida y la convivencia con tus vecinos sea sana, agradable y armónica.